Esta segunda Catedral, levantada a lo largo de casi doscientos cuarenta años, para la época que nos ocupa había perdido una buena parte de su tesoro artístico. Aquí aparece rodeada por una frondosa arboleda de fresnos, sembrados en su atrio hacia 1840 y que integraron lo que se llamó el Paseo de las Cadenas. Debido al éxito que alcanzó este lugar de encuentro, en 1847 se ensanchó, se sembraron más árboles y se colocaron arriates y bancas que duraron hasta 1861 en que fue suprimido. Sin embargo las cadenas sobrevivieron hasta 1887 en que fue replegado el atrio, colocándose las rejas que a la fecha subsisten.

Al frente de la fotografía se aprecia la estación de los "tranvías de mulitas" que se encuentran estacionados en sus cercanías. Andando el tiempo la misma estación sufrió modificaciones y fueron cerradas las dos secciones de espera.

Nótense estacionados en el ángulo inferior izquierdo de la fotografía los coches de alquiler.